jueves, 10 de noviembre de 2011

EL HOMBRE DE MURANO

LF: 55mm. f 5,6. 1/400 s.

¿Qué lee el hombre del periódico? Misterio. La travesía en el vaporetto 42 hasta Murano es lenta. Después de la última parada en Fondamenta Nove, el vaporetto se adentra en las aguas color turquesa del Adriático otoñal en dirección a la isla del vidrio, cabeceando entre un oleaje circunspecto que añora la mar abierta al otro lado de las bocas de Lido, Malamocco y Chioggia. Nuestro personaje tiene el rostro trabajado, las manos gruesas, el belfo de un hombre templado y cierta elegancia en el vestir. Podría ser un secundario de Rossellini. Tal vez el protagonista de una novela de Patricia Highsmith, un hombre de existencia anodina a quien la curiosidad, la honradez extrema, o quizás un deseo póstumo de ser redimido, acaban por introducirlo en una espiral de destrucción. Nuestro personaje lee Il Gazzettino, quizás una noticia deportiva. "Venezia, aggancio in vetta", puede leerse al dorso. Sí, es posible que tenga mucho de secundario. Pero regresa a Ítaca, su Ítaca de Murano. Y eso lo convierte en un héroe, como Odiseo. Porque es Ítaca, y no la travesía, la que da sentido a la aventura de todo hombre. Sin un lugar donde descansar, cualquier periplo es un camino hacia la nada.

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